1KO y Cris Miranda lanzan una colección cápsula para Falabella.
Una colección hecha en Chile y con un alto contenido social.
A mediados del mes de febrero recién pasado, la empresa de retail chileno Falabella, presentó una colección creada por la empresa de diseño social 1KO en conjunto con el diseñador chileno, Cris Miranda.
Si bien no es la primera vez que Falabella impulsa colecciones cápsula dentro de su línea “Talento local”, es la primera vez que se puede hablar de una producción colaborativa 100% chilena.
Dado que la producción de ropa en Chile se ha reducido considerablemente como consecuencia de la deslocalización, que esta colección se presente como 100% nacional fue uno de los aspectos que llamaron mi atención.
Contacté a Cris Miranda para que me contara un poco más acerca de este proyecto y del proceso creativo que se ve reflejado en sus diseños. A continuación, les dejo parte de nuestra conversación.
-¿Cómo se gestó tu participación en este proyecto?
“El año pasado (2023) fui contactado por Macarena Cortés, directora creativa de 1KO e integrante del gremio Moda Chile, para este proyecto que busca llevar al retail producción nacional con artistas locales, junto a una empresa de responsabilidad social como es 1KO y que atiende 5 de los 17 preceptos de desarrollo sostenible de la ONU.
Cuando se me presentó el proyecto lo encontré muy necesario para el desarrollo de la industria local, porque atendía todas estas aristas que para mí son sumamente importantes, como son: el trabajo colaborativo, resaltar el trabajo artístico detrás del proceso de diseño, y por supuesto, mi gran estandarte, la producción local.
Lo analicé bien, porque el retail es parte del problema de sobreproducción de ropa. Sin embargo, una de las cosas que aprendí en el concurso Redress, es que el retail no es un enemigo sino que es un aliado en el cambio del sistema.
Cuando estuve en este concurso, me planteé que una de las cosas más importantes que tenemos que hacer los diseñadores de moda sostenible en Chile es democratizarlo. No me sirve o no nos sirve cambiar un sistema si solamente vamos a estar creando prendas de lujo verde, es decir, prendas que no bajan de los 100.000 pesos de su valor de venta [unos 103 dólares estadounidenses] y que no se producen de una manera en que puedan llegar a muchas más personas.
Entonces, este proyecto se daba como un espacio para poder llegar a más personas y que estas puedan vestir prendas hechas en Chile”.
-¿Cómo fue la experiencia de volver a producir en nuestro país?
“Yo creo que esa es una de las cosas más importantes de este proyecto. Estamos haciendo ropa, estamos haciendo moda en Chile, cosa que no pasaba hace mucho tiempo.
Supervisé bastante el tema de la calidad en la confección, que los materiales que se usaran fueran de buena calidad, que tuvieran buenas terminaciones, que el producto llegara a la tienda, ojalá, sin ninguna hilacha. Cosas que la producción china no atiende y que forman parte de una experiencia de compra que para mí es importante.
Entonces, cuando yo veo que la manga del kimono tiene un vivo de terciopelo precioso que acompaña el color de la manga, es un hit para mí. También lo es que la confección esté bien terminada, que las etiquetas están bien puestas. El hand tag también es muy bonito y es hecho 100% con cartón reutilizado de fuentes renovables, igual que la viscosa. Todo parte de este esquema de marca que yo he ido creando”.
-Para esta colección compuesta de 6 piezas, te inspiraste en una de tus grandes influencias, la cultura japonesa. ¿Cómo fue el trabajo de creación de los estampados junto con los artistas de la comunidad de Bajos de Mena?
“La parte creativa la supervisé yo íntegramente. Una de las grandes cosas que interioricé y aprendí estando en Japón durante dos años, fue observar que existe una conexión intrínseca entre su estética y la naturaleza. Y esa conexión es la que yo quiero plantear y visibilizar en los diseños.
Entonces, escogí distintos tipos de elementos de la naturaleza, como son los peces koi, las flores del magnolio, las flores de loto y los dragones, que en la cosmovisión japonesa representan fuerza, vitalidad y el ciclo regenerativo de la naturaleza.
A partir de eso, generamos diversas propuestas de estampado, donde las ilustraciones fueron hechas 100% por los artistas urbanos Ivo Roy von Bischoffhausen, Fabrizio e Falcato y Carlos Becerra. Luego, con el team de diseño, articulamos estos estampados para transformarlos y darles un mayor potencial de venta.
Elegimos las paletas de colores, la distribución de los estampados, los elementos que los componen y también el tamaño. Ahí, por supuesto, jugó un papel bien importante el equipo de Falabella, dándonos las directrices de lo que ellos saben que va a vender más, en qué colores teníamos que desenvolvernos respecto de la temporada y de las tendencias.
Y ahí llegamos a esta paleta de colores que es un poco más sobria, más cercana a los colores verdes, al verde-agua, al negro, al rojo, donde el punto de color es el fucsia.”
-Desde el punto de vista de la producción de moda nacional, ¿Piensas que este tipo de colaboraciones entre el retail, artistas y diseñadores nacionales puede ayudar a reimpulsar la confección en nuestro país?
“Si este proyecto sienta un buen precedente para todas las partes involucradas, es muy probable que se repita el mismo sistema de trabajo y que se le dé oportunidad a otros diseñadores que están comenzando.
Yo aquí estoy dando un primer paso que más adelante se transformará en una plataforma de visibilización, de oportunidad por así decirlo, para tantos otros diseñadores que no tienen la capacidad productiva ni tienen el media outlet de estar en todas partes.
Esta colaboración rescata y representa muy bien que tenemos el talento de sobra aquí en nuestro país.
Que desde Puente Alto, desde Bajos de Mena, que es una comunidad riesgosa y que ha estado estigmatizada durante mucho tiempo, nace una colección que no sólo celebra el arte vertido en los estampados por los artistas, por Ivo, por Fabricio y por Carlos. Se elevan desde un espacio geográfico que ha sido maltratado y vilipendiado por muchos años.
En Puente Alto tenemos mucho talento, así como en tantas otras comunidades que están a lo largo de Chile y que merecen ser mostradas y comercializadas en todo el país.
Entonces, este es solo el primer paso. Yo creo que esto va a tomar mucha fuerza de aquí en adelante, porque Falabella está muy interesado en la producción local (…) quieren reactivar su producción en Mavesa. Entonces para ellos, esto es más o menos un experimento, pero al experimento le está yendo bien.
Si al experimento le va bien, ojalá que muchos más colegas puedan presentar sus colecciones, y no solamente yo, no solamente 1Ko, sino que varias otras empresas puedan tomar este modelo de negocio como una base para generar producción a largo plazo en otras áreas también”.
La colección de 1KO x Cris Miranda para Falabella está disponible en tiendas físicas en las ciudades de Santiago, La Serena y Antofagasta.
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