Ser modelo: el sueño de las jóvenes refugiadas sudanesas.
O de cómo la moda se aprovecha de la desesperación de las mujeres jóvenes en condiciones de pobreza.
Durante el mes de febrero de este año, salió a la luz un reportaje del programa de investigación francés Envoyé Spécial, en el que mostraron cómo algunas agencias de modelos europeas van a los campos de refugiados en Kenia con el fin de reclutar nuevas modelos para sus agencias.
El tema no es nuevo, ya que en octubre del año pasado, el Sunday Times publicó un artículo en el que denunció que mujeres refugiadas eran contratadas por agencias de modelos para trabajar durante las semanas de la moda, sin la seguridad de poder continuar trabajando en el país de acogida1.
Como es sabido, existen muchas jóvenes que sueñan con la posibilidad de tener contratos con las grandes marcas de moda del Norte global. Sin embargo, son pocas quienes logran destacar y tener carreras excepcionales.
En el caso de las jóvenes refugiadas sudanesas, la necesidad por salir de Kakuma, el campo de refugiados en el que viven desde que nacieron, las motiva a soñar con ser modelos y tener una vida mejor tanto para ellas como para sus familias.
El reportaje muestra cómo en dicho lugar, se han establecido verdaderas escuelas de modelaje en la que cientos de jóvenes se entrenan con la esperanza de ser “descubiertas” por algunas de las agencias europeas. Estas últimas, trabajan con intermediarios, quienes se encargan de realizar la pre-selección.
Si bien hay historias de éxito, el sistema es perverso de principio a fin. Las jóvenes modelos viajan a Europa con los gastos pagados, pero una vez ahí, deben ser capaces de obtener los contratos necesarios para que la inversión valga la pena. Si en algunas semanas no logran dicho objetivo, son reenviadas a sus hogares, sin dinero y endeudadas.
Pero ¿qué lleva a las agencias de modelos europeas a fichar nuevos posibles talentos en un campo de refugiados, en un país tan alejado como Kenia? La respuesta es simple. Porque las sudanesas están a la moda. Esta respuesta puede sonar muy frívola, pero lamentablemente es así.
Tras las caída de la Unión Soviética, las agencias de modelos comenzaron a buscar nuevos rostros en los países de la ex-Europa del Este, en especial a niñas de 14 o 16 años2. Luego fue el turno de las asiáticas3, con el boom del K-pop y la apertura de los mercados asiáticos hacia las marcas de lujo europeas. Hoy, es el turno de la sudanesas.
Estas últimas, son especialmente buscadas por las casas de Alta Costura, ya que encajan en el perfil de modelo buscado. Son altas y muy delgadas, esto último como consecuencia de la malnutrición de la que han sido objeto.
Esto es una muestra más de lo perverso del sistema, ya que la delgadez “natural” es una característica buscada por las agencias. Nadie puede acusarles de exigir a las modelos que se sometan a regímenes extremos, ya que son extremadamente delgadas “por naturaleza”.
Además, las agencias de modelos pueden excusarse diciendo que sólo se encargan de buscar los tipos físicos que sus clientes les piden. Por lo que habría que preguntarle a las casas de Alta Costura el porqué de tan particular solicitud.
Otro punto importante que destaca el reportaje de Envoyé Spécial, está relacionado con el dinero que reciben las modelos. La agencia intermediaria que es entrevistada cobra un 40% de lo ganado por la modelo. Sin olvidar que la agencia europea también recibe su parte, sería bueno saber cuánto es lo que finalmente gana la modelo sudanesa.
Tanto para la dueña de la agencia keniata, como para el dueño de la agencia europea, su trabajo consiste en dar una oportunidad a estas jóvenes. Como si se tratara de un acto de caridad, algo típico de la imagen del salvador blanco que conocemos en América Latina.
A mi modo de ver, aprovecharse de la necesidad de otros, nunca ha sido un acto de caridad. En especial, si la retribución por el trabajo realizado es injusta. Además, la moda en Europa es una industria con leyes y códigos bien definidos. Por lo que en este caso particular, lo que las agencias de modelos están haciendo es intentar ganar más dinero aprovechándose de la necesidad e ilusión de estas jóvenes.
Luego de ver este reportaje, pienso que no podré ver las pasarelas europeas de la misma manera. En ocasiones, pienso que es agotador tener que dudar de todo el sistema, pero cuestionarlo, es lo único que permitirá hacerlo más transparente.
En caso de que quieran ver el reportaje, les dejo el link aquí. Está en francés, pero pueden buscar los subtítulos en Youtube.
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https://fashionunited.fr/actualite/mode/le-sunday-times-met-en-lumiere-l-exploitation-de-jeunes-refugies-par-des-agences-de-mannequinat/2023101133306
Eva Herzigová de República Checa, Carmen Kass de Estonia, Anja Rubik de Polonia, Natasha Poly de Rusia o Tanya Dhiazileva de Bielorusia.
Liu Wen, Fei Fei Sun y Du Juan, las tres de China, Tao Okamoto de Japón,